Dicen que a los viajeros y visitantes del Gran Ducado les cuesta saber con quien están hablando, pues sus habitantes se pasan el día imitándose unos a otros y, además, poseen una gran habilidad para transformarse en otras personas, cuando así lo deseen o les convenga.
Es así como, un enano llamado Zacarías se convirtió en el Ministro de Finanzas, el monje Medardo en Fiscal General, la doncella Margarita en congresista y el zapatero remendón en presidente.
La capital es Sieghartsweiler y los visitantes pueden conocer allí la zona de gobierno que está ubicada en la bella Peña del Buitre.
Inspirado en Der goldene Topf, Amadeus Hoffmann, Bamberg, 1814
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